martes, 4 de noviembre de 2008

AJAhá

Un día como otro cualquiera
de esos con frío por la mañana
y café en mano
y suspiros cansados

y pensé
en mi enemigo particular
particula negativa
que ni me viene ni me va

sudadera negra
capucha encima
botas rojas
(hoy llueve)
y mi mochila
y mis penas
y la calle anhegada
por todas las cansinas miradas
que se dejan llevar
por las circunstancias

y en la calle vi a Alex
y hablamos
en el café de Marcos (xaman)
ese que está enfrente de la sala de exposiciones
donde un día os enseñaré mis pormenores al mejor postor
y me habló,
cómo no,
de su mujer

Los dos de 30 años
ella preciosa
él no tanto
los años no pasan en balde
y te dejan arrugas
en los pliegues de tu alma
y
en tus
entradas
(que ya no somos unos niños, joder...)

Pues el caso es que
tras firmar un contrato de por vida
(30 años o más)
para pagar una casa que ni siquiera le gustaba
en el barrio más detestable
de una ciudad que odiaba
se enteró (no viene a cuento de cómo)
de que su querida se la pegaba
con un alumno
que pintaba
como nadie
(ella era profesora de pintura)

y estaba tan disgustado,
tan desilusionado
que lo había dejado
con su última amante

(moraleja: ni Dios respeta cuando hay un polvo por delante)

1 comentario:

Nikaperucita dijo...

... con esa sensación de que no hay respeto me quedé después de ver la última delos hermanos Cohen... (no por ellos -que me reí mucho- sino por las hªs)